1. El análisis no empieza con los datos. Empieza con una pregunta y con un objetivo asociado a rentabilidad

Antes de abrir Excel, Power BI o SQL, hay que entender:

• ¿Qué problema queremos resolver?
• ¿Qué decisión necesita tomar el negocio?
• ¿Qué impacto económico estamos buscando?

Un buen análisis de datos suele estar orientado a uno de estos objetivos:

💰 Aumentar ingresos

📉 Reducir costos

✅ Mejorar procesos para ganar eficiencia

Ejemplo de preguntas que guían el análisis:

“¿Qué productos dejaron de venderse este mes?”

“¿Dónde estamos perdiendo más clientes?”

“¿Qué ciudad tiene mejores resultados por canal?”

🧭 Esa pregunta es el norte de todo el análisis.

Aprender a pensar antes de hacer es una habilidad clave.

2. Los datos crudos vienen sucios. Siempre.

Uno de los grandes choques al empezar es darse cuenta de que los datos reales no son bonitos.

❌ Tienen errores

😅 Faltantes

📅 Fechas mal cargadas

🖋️ Nombres escritos de mil maneras...

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Por eso, limpiar y entender los datos es una parte esencial del trabajo.

No es lo glamoroso, pero es lo que te permite confiar en lo que vas a presentar.

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3. No todo es técnico: saber interpretar es lo más valioso.

Lo importante es que puedas leer los datos y encontrar algo útil para quien toma decisiones.

No se trata de decir “las ventas bajaron”.

Se trata de decir por qué bajaron, y qué podríamos hacer al respecto.

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• No todo es técnico: saber interpretar es lo más valioso.
• La forma en que comunicás tus hallazgos importa tanto como los hallazgos en sí. </aside>

4. 🗣️ La forma en que comunicás tus hallazgos importa tanto como los hallazgos en sí.

Podés tener el mejor análisis del mundo, pero si lo explicás mal, nadie lo va a usar.

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Aprender a presentar tus insights con claridad (gráficos limpios, pocas palabras, una conclusión clara) es parte del trabajo real.

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5. 🤔 La habilidad #1 para el 2025: Pensar como analista de datos

• Resolver problemas como un experto: Aprende a convertir datos en soluciones prácticas que impacten negocios.
• Hacer preguntas poderosas: Domina el arte de encontrar el “¿por qué?” detrás de cada número.
• Pensar más allá de las herramientas: Usa las plataformas como un medio, no como un fin.
• Abrazar los errores: Aprende a ver los fallos como oportunidades para innovar.

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“No lo sé... pero puedo buscarlo, probarlo, preguntarlo.

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